viernes, 23 de enero de 2009

EL LOCO JARETE- ¿UN FILÓSOFO?, JA, JA, JARETA

Artículo 4

EL LOCO JARETA - ¿UN FILÓSOFO?, JA, JA JARETA

¿Qué triste te veo?, le dije a un pibe que estaba sentado en un banco de la plaza, frente al hospicio en que vivo.
¿Qué te está pasando pibe?. Es muy difícil comenzar a charlar con un chico hoy día, muchos de ellos lo hacen con desconfianza, temen que algo malo les vaya a pasar, que no nos acerquemos con una intención pura, que tengamos algo “bajo el poncho”. Esto no es incomprensible pues la sociedad de hoy lo influye, los peligros de la calle lo acechan, no hay, diría un loco de dentro, un referente, alguien en quien confiar, alguien que me inspire, incluso respeto. La mayoría de la población se muestra mediocre, sin valores. Todo esto influye en los jóvenes de hoy. El campo social actúa directamente sobre la forma de pensar de los pibes.
Hay una frase que yo utilizo periódicamente, que la dijo no sé quién, “si no sabes de donde vienes, no sabrás donde ir“. Esta frase me habla de un pasado y de un futuro construido sobre él. Me habla de una fortaleza de carácter edificada sobre valores sólidos que nuestra sociedad nunca debió olvidar, ni permitir que lo hicieran. Una cuna a partir de la cual los niños encontraran la protección que les permitiera estar preparados para afrontar la vida, una cuna preparada con amor por una familia bien constituida. Todo, para el niño, depende de lo externo mientras se forma, de la familia, de la escuela, de la misma sociedad que lo rodea. Lo contrario desarrolla jóvenes que padecen angustias frente a un futuro que no distinguen con claridad, sentimientos de in defección que lo llevan incluso a un miedo extremo que procede de un peligro inminente, “algo me va a pasar” y ese miedo se propaga, se traduce en un sentimiento de paranoia, que los llevan a adquirir conductas impulsivas, incluso en ciertas ocasiones dirigidas a ellos mismos, como anorexias, bulimias, adicciones, en otros casos dirigidas al comportamiento social del joven que se convierten en agresivas, violentas, -¿qué me mirás man?., o ¿qué mirás amigo, te debo algo?
Evidentemente este sujeto se halla impregnado por lo externo, y lo externo es una sociedad enferma carente de valores, una sociedad, incluso, autodestructiva. Es así como surge la mediocridad que se propaga a través de los tiempos, una mediocridad en la que el joven se ve inmerso, que no sabe manejar, porque incluso no tiene armas para poder hacerle frente, es así que se organizan en tribus, donde ellos se sientan identificados, donde compartiendo los mismos problemas, puedan protegerse, las tribus se apartan de la sociedad que los arremete, que los agrede, pero no violentamente, o sí en algunos casos, sino a través de esa falta de valores que mencioné más arriba.
El trabajo de instalar los límites es una labor árdua que implica una posición frente a la realidad del joven. ¿Qué es lo que le puedo decir sin que se ofenda?, eso ya es un síntoma de debilidad., porque lo que se le tiene que decir a un joven, que se está formando, hay que decírselo, nos duela o no, porque se sentirán molestos en ese momento, pero redundará en riqueza de personalidad el día de mañana.
Yo me acuerdo cuando mi hermana criaba a sus hijos y los reprendía con mucha energía, y les decía “yo sé que me estás odiando en este momento, pero mañana me lo vas a agradecer”, mi hermana no estaba haciendo otra cosa que traducir un sentimiento que les serviría para el futuro de sus hijos. Yo también actué de la misma manera con mis hijos, y ahora tengo los hijos que tengo y que me siento orgulloso de tener. La carencia de límites, disminuye su vida interior, lo desvaloriza frente a la sociedad en que vive, por la falta de armas intelectuales que le sirven para poder defenderse en medio de la vorágine social que les toca vivir. Todo ello atenta contra su propia vida interior pues queda somatizada.
Es evidente que todo está dispuesto de tal manera en la sociedad, que produce el resquebrajamiento de la personalidad del joven, al decir todo, incluyo lo formal y lo no formal


la escuela, la televisión, la adicción a las computadoras, etc, pues todo está invadido por el hedonismo, el relativismo, la falta de valores supremos que debería alimentar a una sociedad bien constituida. Todo esta producido para sacar al sujeto fuera de la realidad en que vive, y dibujarle una sociedad desprovista de actitud y aptitud para satisfacer las necesidades indispensables que nos provean felicidad

Viste, y después dicen que los locos no pensamos, que estamos vacíos, pero qué decir frente a la carita de este pibe, que lleno de ilusiones, ya sabe que nunca las va a poder concretar, porque la sociedad que estamos viviendo ya se lo está diciendo. Los locos a veces tenemos momentos de lucidez, y es así cuando hacemos lo que más nos gusta, pensar, filosofar, sobre todo cuando este loco es también profesor, así quedamos los docentes, ya hablaremos de eso


¡HEY JARETA, QUIÉN TE HA VISTO Y QUIÉN TE VE!, ¿FILOSOFÁS TAMBIÉN?





Es evidente que todo esta dispuesto de tal manera en la sociedad, que produce el resquebrajamiento de la personalidad del joven, al decir todo, incluyo a lo formal y lo no formal., la escuela, la

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