lunes, 24 de agosto de 2009

EL LOCO JARETA, NOSTALGIOSO

Es importante aclarar que yo también tengo recuerdos imborrables que me gustaría poder dejar presentes en este momento. Me aparto por un instante de todo lo escrito hasta ahora. Es como un descanso que se toma Jareta, simplemente para reencontrarse consigo mismo. Siempre es útil volver a viejos tiempos, permite unir cabos sueltos que producirían lo que soy actualmente un desorientado de la vida, encerrado en un hospicio ultrajante, que sólo degrada los valores de la persona.
Deseo contar un suceso importante para mí, que habría de conmocionar mi vida, al menos por un momento:
De repente, como si no hubieran pasado los años, un compañero de mi secundaria se hizo presente desde mis recuerdos, allí estaba suspendido en forma latente, sabía que en algún momento se iba a hacer realidad mi deseo, contactarme con él nuevamente. La emoción, de repente me invadió hasta las lágrimas, porque junto a él, por unos momentáneamente se hacía actual toda mi adolescencia.
En un sitio Web de redes sociales, me apareció un mensaje:

"Hola, soy Nino Del Core, 5to 2da Vespertino Ciudad Evita 1969, ¿serás vos? Por la foto parecés cara conocida, de serlo me darías una alegría inmensa. Si podés confirmame, quedo a la espera, saludos Nino desde NY"

Cuando lo leí, los ojos se me abrieron como dos huevos de gallina, la alegría comenzó a hacerme cosquillas en mi cerebro. Cuántas cosas renacieron en ese momento. Por supuesto no perdí un instante y le contesté:
“HERMANO DEL ALMA, cuánta alegría me das. No sé que decirte, estoy muy emocionado y además ansioso por reiniciar una amistad tan linda que llevo en mi corazón. Sí te confirmo que soy yo, así que ponete alegre, el mundo es chico y este sitio Web, me dio muchas alegrías. Bueno, no te borres, a partir de ahora debemos comunicarnos seguido. Hace unos cuantos años me comuniqué con tu hermana y me dio tu dirección en EE.UU, te escribí pero no me contestaste, pero aquí estás y yo feliz. Dale contestame rápido”

No sabía como hacer para que el sistema electrónico de mi computadora acelerara su ritmo para recibir una pronta respuesta, por supuesto, noté que la misma ansiedad por el reencuentro era mutua. De repente, al cabo de unos minutos me contesta:

“No lo puedo creer, casi cuarenta años sin noticias, sólo un recuerdo de momentos compartidos en los mejores tiempos de mi vida. Yo te estuve buscando desde hace tiempo, mi hermana me dijo que te habías comunicado una vez y eso fue todo. La foto de este sitio, en el perfil es la foto de mi hijo el mayor con la esposa y mis dos nietos, la nena de casi catorce y el nene de casi siete, tengo otro nieto de mi hija de tres años. Además tengo un hijo más chico de veintinueve años, que sigue soltero, Vivimos en NY, Long Island desde hace 25 años.
No te imaginás la alegría que me dio saber de vos, anoche era muy tarde cuando revisé si había recibido noticias de este último mensaje y cuando la encontré me quedé helado… Estoy en el trabajo en este momento. De a poco iremos desovillando la madeja, hay mucho para contar y mucha nostalgia para estar feliz y quizás llorar. Te mando un inmenso abrazo y quedamos en contacto.”


Lo copié textualmente para no omitir nada de cada una de las palabras de mi compañero y amigo de siempre. Esto explica la importancia que provoca en mí su aparición. Creo que ambos creímos que este último mensaje sería un “hasta pronto”, sin embargo estuvimos todo el día escribiéndonos sin parar, recordando y recordando sin detenernos un momento, fue entonces cuando le respondí:

Acá estoy, sentado frente a la computadora, escribiéndote, con los ojos llenos de lágrimas. Mi señora, al lado mío, mofándose de mí. Fuiste y sos una de las personas más valoradas por mí. Estoy grande ya y muy sensible, por eso me pongo así, pero no puedo evitarlo. Desearía algún día darte un abrazo gigante, nunca quise perder contacto con vos, se ve que la carta que te mandé nunca te llegó, yo pensé que por allí te perjudicaban mis cartas, y por eso no te escribí más, pero siempre pensé en vos y, le aclaraba a mi señora, ¿qué será de Nino?, en realidad, de todo el grupo de 5to 2da, a los que llevo muy dentro del corazón. No perdamos más el contacto, no hace falta todos los días, pero de vez en cuando un saludo nos merecemos por nuestros recuerdos, por todo ese pasado sano y maravilloso que supimos vivir y disfrutar. Disculpame por mi emoción, pero sos un referente importante de mi vida. Te aprecio hermano. (Mencioné en este momento una serie de nombres y apellidos que no vienen al caso y he preferido omitirlos)


Al cabo de un momento, de repente, aparece en el sitio, un texto corto.

“El tiempo pasa, los recuerdos quedan.......”

Este fue un preludio que lo llevaría a un mensaje más largo y muy expresivo sentimentalmente:

“Yo, el tiempo lo percibo cuando leo fechas en papeles amarillentos y ajados. Lo demás esta siempre latente, es mi escape diario de siempre, la reproducción de las memorias, los episodios de una parte de mi vida que me dieron valores, alegrías, tristezas y el calor de la amistad sincera. Yo creo que ese tiempo que compartimos en un aula, creó una conexión invisible y duradera que en esencia es la humanidad misma, como que todos somos parte de un ser universal que se renueva día a día. Los nombres y apellidos que vos mencionas en este momento identifican todas las caras que están en mi memoria. Vos decís que sos sensible....yo estoy mas contento que ‘perro con dos colas’. ¡Qué Pascua inolvidable en mi vida, esta! Abrazos, extensivos a todos los que te rodean. Y gracias por mantenerme en tu memoria.
Siempre sigo pensando si algún día nos podremos reunir todos los de 5º 2º, si no es aquí en espacio-tiempo terrenal, donde sea que Dios quiera.”

Aquí prefiero quedarme hasta una próxima vez, porque el texto se hace muy largo, quizás mañana continúe con este escrito, pues estoy muy ansioso de que forme parte de mis apuntes. Aunque muchos no lo valoren, tiene un mensaje subliminal muy interesante, que luego develaremos y se refiere justamente al “loco Jareta”

MIRÁ JARETA, TIENE RECUERDOS Y TODO… ¡SE NOS ESTÁ TRANSFORMANDO!

¡UFA!, JARETA Y LA FILOSOFÍA


Acá estoy, hundido en mi mismo, como buscando, como siempre, mi propia razón de ser. Siempre me cuentan que cuando caigo en la más absoluta soledad, me aparto del mundo. Ya nadie se sorprende, a veces lo hago en silencio, otras alocadamente. Es decir, muestro las más variadas formas de ser.
Pero cuando estoy profundamente conmigo mismo, suelo obtener los más valiosos resultados.
Vez pasada comentaba yo mis miedos. Los que surgen cuando estoy débil y me siento desprotegido incluso de mi mismo, cuando no le encuentro sentido a la vida, cuando veo todo oscuro y pierdo las esperanzas de hallarme en un mundo mejor y poder alcanzar la felicidad. Creo que en mayor o menor medida siempre procuramos ser felices. Aristóteles llamaba a la felicidad “bien supremo”, el que alcanzamos al final de una “cadena de fines”, siendo la felicidad el “fin último”, logrado al cabo de una vida virtuosa, una vida en donde un logro se continúa con otro enlazado al anterior, “los fines” que Aristóteles describe como ligados unos a otros para lograr finalmente “la felicidad”. Yo concuerdo con esta forma de pensar, sé que al término de nuestra vida nos daremos cuenta si fue útil o un desperdicio nuestra existencia.
Me he preguntado miles de veces ¿Qué es la vida?, ¿Para qué vivir?, ¿cuál es el sentido real de nuestra presencia en este mundo? He hallado las más disímiles formas de analizar este aspecto. Creo yo que nuestra vida tiene un sentido, no nacemos para nada, hay un objetivo, dejar la huella de nuestro paso por ella. Siempre pongo el ejemplo de Martín Sorongueta. Todos me preguntan ¿quién es? Yo les digo que D. Martín nació en el mismo momento que Cristo, en un establo contiguo. Las dos madres estaban allí contentas por el nacimiento de sus hijos correspondientes. No hay dudas, que con esto produzco un estado de desconcierto entre los que me escuchan. Inmediatamente pregunto ¿Saben ustedes quién es este Martín? Todos responden seguramente que no; pues yo tampoco, comento, pero sí sé quien es Cristo. Hay una gran diferencia entre morir en el olvido y permanecer vivo en el corazón de los hombres. Claro que no todos seremos un “Cristo”, pero sí dejaremos testimonio de nuestra existencia. El asunto es qué testimonio dejaremos. Pasaremos a la historia como ejemplo del bien o como ejemplo del mal. De las dos maneras nuestra vida habrá tenido un sentido. Cada uno sabrá como está construyendo su existencia. Espero ser claro en esto. Ser el ejemplo del bien contribuirá al logro de una humanidad cada vez mejor, cada vez más virtuosa. Nuestra vida deberá siempre dejar plasmado un mensaje. Recordar que somos un compendio del “el bien” y “el mal”, depende de nuestra inteligencia y nuestro sentir obrar de una u otra manera. Esa, es nuestra razón de vivir.
Pero, claro está, cuál es el límite que me asegura actuar de una manera u otra. Qué me dice la inteligencia, estará allí el secreto. Seguramente que los más “perversos” seres humanos de la historia han querido dar lo mejor de sus vidas, creyendo siempre hacer el bien, visto a su manera. Quién me afirma qué es el bien y qué es el mal, con seguridad. Los más dirán que es la sociedad, el mundo, y esta visión estará en relación con lo que la historia de la humanidad conceptuó acerca del bien y el mal, a lo largo del tiempo. Pero ¡cuidado! Porque podremos estar viviendo en un mundo “Matrix”, como dice la juventud al querer llevar la “La alegoría de la caverna” a una forma entendible según la visión de hoy. Es decir, ¿estaremos viviendo en la realidad? O, más bien en un mundo irreal. Siendo así, quién me asegura qué es el bien y qué es el mal. Supongo que es una concepción que va cambiando a medida que avanza la vida de la humanidad. Pues hoy consideramos bien a lo que antes considerábamos mal. Hay quien afirma que “ el bien se logra cuando se conoce y se respeta la verdad”, pero la verdad nunca es estática, siempre cambia. Tampoco el concepto de “bien” es el mismo para todas las personas y todos los tiempos. También se piensa que “El bien se puede definir como lo que conviene a una cosa, lo que la perfecciona, con independencia del placer o dolor que pueda ocasionar”. Por supuesto que siempre me valgo de algunos pensamientos útiles que otros me puedan brindar para aclarar una incógnita. Bueno para algo vivieron los demás, debemos perpetuar sus pensamientos, sino no habrán tenido sentido sus vidas. A mi entender, es importarte lograr una comunión de conceptos para finalmente alcanzar una idea que nunca esta acabada acerca de esto o aquello. Lo que sí habremos de tener claro es que nunca la subjetividad es sinónimo de “verdad”, no hay supremacía en este aspecto, “en este sentido es correcto afirmar que todo es relativo: relativo a un antes, a un después, a un encima, debajo, al lado, cerca, lejos, dentro, fuera... Relativo, sobre todo, a la inevitable cadena perpetua de causas y efectos que todo lo ata”( “Filosofía Mínima” José Ramón Ayllón), y explico esto último por las dudas. Cuando afirmo que “todo es relativo”, estoy haciendo mención a que, a lo largo de la historia, reitero, lo que antes era sinónimo de verdad hoy ya cambió, y cambiará en el futuro. Que la subjetividad está relacionada con la opinión que es personal, pero que también responde a la manera de ver la realidad según los tiempos, nada es absoluto, no existe una verdad definitiva, ¡cuidado!, pues no estoy hablando de relativismo, pues “el relativismo, por el contrario, tiende a confundir la realidad con el deseo, lo objetivo con ‘lo que a uno le parece’”, incluso no teniendo en cuenta ningún valor, agregaría yo, tal cual lo que hoy ocurre. Lo que es sinónimo de “verdad” está en relación con el paradigma a través del cual las cosas son, según el tiempo que toca vivir.


¡Pará Jareta!, que me volvés loco, pará un poco, que no sos el dueño de la verdad

EL LOCO JARETA, ¡QUÉ BALURDO TIENE EN LA SABIOLA!


¡Qué me importa si tengo que desandar el camino que hice hasta ahora para luego volver a andarlo! ¡Qué me importa si en ese andar transito por otro camino que yo quiera elegir, para andar! Andar no es una virtud, es virtud tomar una posición frente a ese andar. Un andar cualquiera pierde su encanto si se pierden los valores que ayudan a transitarlo
Es así que pienso en aquella oportunidad en que quise tomar uno de los tres trasbordadores espaciales, porque la NASA los había puesto a la venta y quería así volar por los jardines de Palermo, andar por Santa Fe y por Callao. De la misma manera hoy quiero volver a desandar el camino que recorrí, porque me parece horrible. Este camino que he tomado me hace transitar por horrendos momentos de la vida que nunca creí que pudiera franquear. Caminos de muertes, de robos, de secuestros de almas puras, pretendiendo ser destruidas desde la satisfacción de los deseos más bajos del hombre, asesinatos de ancianos indefensos, etc. El hombre está perdido, necesita encontrarse, ya no tiene ilusiones, está destruido porque destruido están sus valores. ¡Hay, del hombre perdido!, del hombre desahuciado, de aquel que se siente acorralado por la pesadumbre, la falta de proyectos, de un futuro oscuro. Este hombre deberá desandar el camino, hallarse a sí mismo, y volver a transitar otro, uno de provecho, de enriquecimiento del espíritu, pues éste se alimenta de valores, de valores que lo enaltezcan. Creo que todos deberíamos tomar ese trasbordador espacial, y volar por el mundo para hallar la dignidad perdida.
En ese tiempo, en el tiempo de mi pretendido viaje en trasbordador, estaba contento, creo que la locura me tenía subsumido en un mundo feliz, que no quiero dejar, porque me proporciona seguridad, estoy protegido. En él me siento jubiloso. Sin embargo tengo que crecer. Soy como un niño viviendo en una edad suspendida en el tiempo, y no quiero prosperar, porque tengo miedo que me hieran, que me quieran destruir. No sé vivir en este mundo así como está, me van a matar, me van a contagiar de locura enfermiza. Porque el mundo está enfermo, es el mundo quien debería estar encerrado aquí, junto a mí. Y, pensándolo bien, es posible que estemos todos encerrados, creyendo ser libres. Dicen que los locos más locos, son aquellos locos que dicen no estar locos. Pero no nos engañemos este mundo no está sano, está dislocado, desconcertado, aturdido; y no lo digo para justificar mi punto de vista, ya que es el punto de vista ¿de un loco?
Hoy todos pedimos seguridad; sí, es el Estado quien debe proporcionarla, pero ¿está capacitado para ello? Si el Estado mismo, que es la misma sociedad organizada, esta introvertido en sus valores más supremos. Ya no cree siquiera en sí mismo. Estamos confundidos, “cabeza abajo”, diría mi abuela. Y frente a este panorama, incluso pedimos la “!pena de muerte”, yo me pregunto, si la pena de muerte servirá para aplacar el odio. ¿Y después qué?, ¿habremos solucionado el problema.?, si es así ¡Adelante con la pena de muerte!, ¡Viva la pena de muerte!, pero ¡Ojo!, ¡cuidado con no matar gente inocente!, bajo el pretexto de ser culpable de un delito que cometió otro que quiera de esta manera cubrirse a sí mismo. Además me pregunto quién de todos los “inmaculados hombres de esta sociedad” tendrá derecho de ser el verdugo que lleve a cabo la ejecución, considerando en primer lugar a los jueces que tenemos, que ya dejaron bien claro el testimonio de su eficiente labor.
¡Madre santa!, ¡en qué embrollo estamos metidos!, ¿por dónde habremos de salir?, ¿Qué ejemplos estamos brindando a los jóvenes del mañana, que no estén desprovistos de un odio procaz y enfermizo?
¿Dónde me puedo meter? ¿Soy culpable de esto también?, me pregunto yo, ¿por qué estoy encerrado aquí, en este lugar, frente a todo lo que está pasando en el mundo exterior? ¿Es justo mi encierro? ¡Quiero mi libertad, pero no la quiero tampoco!. ¡Quiero estar afuera, pero tengo miedo! A esta altura tengo terror, nadie hace nada. La gente aterrorizada se manifiesta en Plaza de Mayo suplicando por seguridad, y el gobierno, unísono habla de adelantos de elecciones. Están sordos, están incapacitados. No saben cómo responderle al pueblo. Y aún así pretenden seguir adelante, callados sin contestar. La palabra inseguridad no existe en sus diccionarios. Sólo la tendrán presente cuando la desgracia los alcance. Bueno, no sé si aún así reaccionarían, pues ya murió un hijo famoso y nada ocurrió. Son figuritas decorativas, marionetas del poder, son los ineptos de turno y, de seguro, también del mañana.



Hey Jareta, pará un poco, te fuiste amigo. ¡Por qué no te caias!, haber si ahora te caian a vos todavía!

JARETA ¿SICOLOGEANDO?

Sentado a mi lado, mi amigo, continuaba como absorbido en sí mismo. Pareciera que las palabras que dije hubieran provocado en él, un estado de indefensión, se lo veía desvalido; su expresión me preocupaba. Me decía a mí mismo, no puede ser que palabras del pensamiento socrático le hayan provocado tanta desazón, entonces le pregunté:
- ¿Estás bien? Hey amigo, ¿estás bien?
De repente vino en sí, y me contestó:
- Sabés, recuerdo un día, vos te sentaste junto a mí en un banco de plaza, creo que fue justamente enfrente del hospicio, y yo, que también estaba callado, ensimismado, me mostraba desconfiado, estaba al lado de un desconocido que me hablaba. ¿Quién era?, me preguntaba, ¿por qué se acercó a mi?, ¿qué cosa querrá? Estar en una plaza sentado en un banco era para mí penetrar en mi mismo, estaba en ese momento, mirando todo a mí alrededor, pero sin mirar nada, todo pasaba y yo nada captaba de mi exterior. Vos viniste a romper ese estado en el que yo gozaba de mi propio discurrir. Pasaban por mi mente las más variadas situaciones de mi vida. Soy un adolescente, que apenas he vivido y, tantas cosas me pasaron, tantas, que mi mente no alcanzaba a divisarlas claramente. La charla que tuvimos ayer me hizo volver a mi propia interioridad, por un momento. Una parte de nuestra última conversación me provocó tal actitud. Vos dijiste: “, porque quien se conoce a sí mismo llega a su esencia, a su propia ‘insistencia’, y desde allí toma contacto con su ‘ser en sí’ y sus propios valores. Sólo así, querido amigo, tomando conciencia de este aspecto esencial de tu vida, podrás continuar con esa etapa inconclusa, que tú mismo has definido como, ‘detenida en el tiempo, para poder encontrarte a ti mismo”.
Que cosa tan insondable es la mente, es cierto, este muchacho era aquel y no lo recordaba, es como si nunca hubiera estado en su presencia, o bien lo negaba, me era extraño y no lo comprendía, al menos desde el punto de vista en que se presentaba ante mí. Lo cierto es que ese sujeto, cada vez me conmovía más, me compenetraba más con él. Desde que se me apareció, como salido de la nada, se me hizo inseparable. A veces parecía lejano, pero siempre acompañándome. Y remarcó:
- Recapitulando frases que tú has dicho hace mucho tiempo, evoco una que me impactó, dijiste en una oportunidad: “La filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma en torno al ser”, creo que, según expresaste en ese momento, era una frase de Platón
- Efectivamente amigo mío, pero Platón no finaliza en esa frase su pensamiento. Las frases, querido amigo, encierran todo un pensamiento, todo un contenido semántico que puede traducir la más auténtica profundidad del alma. Platón tenía innumerables frases como esa, o como esta otra: “El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos los caballos”. En esta frase está contenido prácticamente el pensamiento de Platón
Al hablar del yo, Platón hace referencia a la esencia del hombre, perfecta, inteligible, eterna, inmersa en un cuerpo humano, que es sensible, cambiante, temporal, imperfecto. Allí están los dos mundos de Platón el mundo ideal y el sensible, con sus características correspondientes. La forma de acceder a lo esencial es para él, la razón, el pensamiento. Sólo así el hombre es capaz de buscar lo sustancial, acercarse permanentemente al contacto íntimo con su mismidad más absoluta. Los sentimientos, aunque impulsan la voluntad, perturban y subjetivizan y privan al hombre de alcanzar la propia entidad de las cosas, perdiendo así la objetividad
Todo lo que haces, según tú me cuentas, para llegar a tu mismidad, es decir, al propio ser, a tu esencia más profunda, es un discurrir de la razón, porque en este momento estás perdido en tu propia ignorancia, ¡Ojo! en el verdadero sentido de la palabra ignorancia, o sea, en el “no saber”. Estás tratando de alcanzar la “verdad”, inalcanzable, por cierto pues la “verdad” nunca llegarás a poseerla totalmente, siempre habrá algo más por saber. La búsqueda del saber es interminable
Razón por la cual, y siguiendo un precepto de mi padre, podemos enunciarlo de esta manera:
“LA RAZÓN NOS LIBERA, LA IGNORANCIA NOS ESCLAVIZA”
No podemos ser esclavos de nuestra propia ignorancia, es por eso que debemos siempre volver a Sócrates y su famoso dicho “CONÓCETE A TI MISMO”
- Bien, estoy de acuerdo, pero…
- No amigo ya estoy agotado, además no me siento muy bien, es como si mi mente me diera vueltas, buscando quién sabe que cosas…Chau, hasta mañana


Mirá Jareta se va nervioso, como desencajado. Pobre “Jare.” Qué le estará pasando. Cuando ocurre eso seguro es que está entrando en crisis

JARETA: ¿“UN SABIO….”? ¿UN POETA…? ¿UN IGNORANTE?

Estaba yo compenetrado en la lectura del artículo mencionado en la nota anterior, cuando de repente irrumpe sorpresivamente mi amigo, el que desde hace unos días me acompaña tratando, según él lo expreso, de encontrarse consigo mismo; irrumpe, decía y manifestó:
- Che Jareta, ayer le diste con todo al pobre tío que dio su punto de vista como una persona cualquiera, punto de vista que debemos respetar, como vos querés que te respeten.
- Sí, pero yo no le falté al respeto, incluso afirmé que no estaba criticando su idea, porque a la vez, es una postura sostenida por muchos en el mundo entero. Además tengo derecho a replicar una idea que no comparto, como si fuera un debate, y hacerlo implica tener en cuenta lo que este señor afirma, respetar su idea, pero manifestar un simple disenso, nada más.
- Hoy justamente voy a apoyar algo que él mismo opina:
“La cooperación rige el universo”
Estoy totalmente de acuerdo con esta afirmación, incluso lo diría en forma potencial, además, “la cooperación debería siempre regir el universo”, porque dentro de la esencia del hombre, la idea de cooperación fundamentaría un atributo natural que debería caracterizarlo.
Incluso sostiene que:
“Sin la cooperación y la solidaridad quedaríamos presos del viejo paradigma que se caracteriza por la competencia y no por la colaboración. Un mundo de conflictos, enfrenamientos, de una gran acumulación de riquezas por una parte minúscula en detrimento de la exclusión de la otra parte mayoritaria.”
Esta idea es clara y distinta, como afirmaba Descartes, no podemos negarla, porque alguien manifestó en una oportunidad que “El primer obstáculo al libre ejercicio de la ciudadanía proviene de la desigualdad social”. Ser ciudadano implica contar con derechos que protejan los valores del hombre, y justamente la cooperación y la solidaridad son valores que no podemos obviar tan fácilmente, digamos que deberían ser, como dije, característicos en el hombre. La idea de competencia y la no colaboración provocaría enfrentamientos inevitables, justamente por la desigualdad social, la lucha eterna entre los que más tienen, que son los menos, y los que menos tienen, que son los más.
Justamente lo que criticaba era la idea de considerar a la “globalización” como “casa común” de unidad de culturas y tradiciones, porque cada pueblo, decía, tiene su propia idiosincrasia, sus costumbres y sus hábitos, su ética inclusive depende de ello. Razón por la cual no hay que globalizar eso, y no me digan que no, porque la idea de unificar al mundo en base a esos ideales, surgen a la vista, están presentes en los poderes del mundo, como si fueran monstruos “devoradores de siete cabezas y diez cuernos […] con nombres ofensivos contra Dios” (Apocalipsis 13-1) incluso agrega “quién hay como este monstruo, y quién podrá luchar contra él”. Yo te digo, “CUÍDATE DE LOS FALSOS PROFETAS DE LA LIBERTAD, LA IGUALDAD Y LA JUSTICIA”
- Sí, pero tus palabras suenan fuerte, Jareta…
- Hablemos sin rodeos, lo auténtico salta a la vista, amigo mío. Sócrates afirmaba, “CONÓCETE A TÍ MISMO” “VÉNCETE A TÍ MISMO”, está, es una frase tan inteligente que debería sustentar la existencia de todo hombre, pero es una frase que debería originarse de la misma “insistencia” del ser (en homenaje a padre Ismael Quiles y a la Dra. Celia Romani), de la misma esencia, esa fue la idea de este pensador y lo afirmo porque conociéndonos podríamos encontrar siempre la excelencia en nuestro obrar; pensaba Sócrates, el “buen obrar, el obrar moralmente bueno”, pues quién realmente se conoce no puede obrar mal, obra definitivamente bien, porque quien se conoce a sí mismo llega a su esencia, a su propia “insistencia”, y desde allí toma contacto con su “ser en sí” y sus propios valores. Sólo así, querido amigo, tomando conciencia de este aspecto esencial de tu vida, podrás continuar con esa etapa inconclusa, que tú mismo has definido como, “detenida en el tiempo”, para poder encontrarte a ti mismo.

Mi amigo me observaba perplejo, su cara manifestaba asombro. Se quedó como anonadado. No fue mi intención provocar aquel estado de ánimo, pero recuerdo haber escuchado una frase de Sócrates que decía: “Soy para la ciudad como un tábano sobre un caballo que necesita ser aguijoneado. Los despierto, los persuado, los reprocho” Apología 30e y otra “La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia”. Será que mi amigo reconoció “su propio no saber”. Humildemente lo digo, pues quién reconoce su “no saber”, avanza en la vida, pues se preocupa por el saber, es lo que permite continuar los pasos que una vez quedaron sin avanzar. Lamentablemente debo reconocer que a mi me pasó algo similar, y por eso estoy aquí sumido en este mundo oscuro, pero ahora, gracias a este amigo, tratando de salir de él, buscando la luz que me guíe hacia la “verdad”
Hay un proverbio árabe que dice:

“El que no sabe, y no sabe que no sabe, es un necio, apártate de él.
El que no sabe, y sabe que no sabe, es un hombre sencillo, instrúyelo.
El que sabe y no sabe que sabe, está dormido, despiértalo.
El que sabe y sabe que sabe, es un sabio, síguelo”


Sí, ya sé Jareta, como siempre decís, “El que quiere oír que oiga”. Jareta, amigo mío, sos un grande, sos mi ídolo.

JARETA, EL CRÍTICO ¿“JUSTO”?

Tengo mucho miedo, amigo mío, que el tan vapuleado concepto “globalización”, quiebre la identidad de los pueblos, siempre sostuve que presentía un trasfondo turbio en este concepto.
- Ayer amigo,…. Hey amigo, ¿estás allí?
- Sí loco, siempre estoy aquí, te dije que siempre iba a estar con vos.
Decía, que ayer leí un artículo muy interesante acerca de este término, me preocupa mucho no sacar la frase que voy a expresar fuera de contexto, porque siendo así perdería todo valor lo que voy a decir. La nota en cuestión comenzaba con un planteamiento, decía:

“La humanidad vive en un planeta cada vez más global. ¿Cuál es el desafío presente y futuro de la relación entre hemisferios, continentes y hombres?”

La respuesta a esta pregunta, también me conmovió, recalco que sólo es una parte de la respuesta, pero ya me preocupó esto:

“Esta globalización significa una nueva etapa de la historia de la humanidad y de la tierra que se caracteriza por que todos los pueblos, culturas, tradiciones, religiones se encuentran en un lugar único, la casa común, el planeta tierra.”

La nota en cuestión, en su totalidad, me parece muy inteligente, sin embargo me preocupa la utilización del algunos conceptos en ella “pueblos, culturas, tradiciones” hay otro término, “iglesia” incluido entre ellos, que me no preocupa tanto porque considero que la iglesia sectoriza, eso ya lo dije en otra oportunidad, y eso a pesar de intentar siempre universalizar sus prédicas, es su base y fundamento. Es probable que la intención sea buena, “globalizar la fé”, me refiero a la iglesia, pero los hombres somos muy corruptos y buscamos siempre tanto poder, que degeneramos el término, entonces la iglesia sectoriza, recalco esta idea, recordar a “San Agustín” “La iglesia es una, santa y prostituta”. Pero la “globalización” es peor aún, según mi punto de vista, porque justamente ataca, por su misma naturaleza, las culturas y tradiciones de los pueblos, aunque la idea sea “unificar”, según la respuesta que el autor le da a la pregunta anterior. Eso me preocupa mucho, amigo mío, porque una de las acepciones de esta noción de “cultura” asegura ser el “Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.”, idea que encierra un valor muy supremo que se caracteriza por la transmisión de valores, conceptos, elaboraciones, de todo un pueblo y que se transmite de generación en generación, o sea que asegura lo que se conoce con el nombre de “tradiciones”.
Alguno podrá preguntar, por qué “ataca, por su misma naturaleza, las culturas y tradiciones de los pueblos”, porque, amigo mío, cada pueblo tiene su propia idiosincrasia, cada pueblo se ha construido en base a un esfuerzo unificado, a valores propios, y códigos propios que le dan su identidad, eso es supremo para cada sociedad de este mundo. Razón por la cual ratifico la idea de que la globalización ataca las culturas y tradiciones de los pueblos, las desconoce, las ignora. Es así como nace un requiebre social en el mundo entero. No podemos ser tan “globalizados”, estar tan subsumidos, entregados, supeditados, subordinados, a este concepto que nace como consecuencia de remarcar la “Tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales”, no incluyamos en esta idea, como se pretende “inconcientemente” poner en “la misma bolsa” todo lo demás, incluso las culturas, tradiciones, religiones, con la idea de la “casa común” que sostiene el autor de este artículo; y que quede claro que no lo estoy criticando, en absoluto, porque esta opinión no es exclusiva de él, es una visión muy compartida por el mundo, que nace de aceptar, no sé con qué intención, esta sumisión barata ante el poder universal de una sociedad, que no lo neguemos, gobierna según su propia conveniencia, es decir, mira siempre para afuera en beneficio de sus propios intereses, esa es la singularidad de ese pueblo, al cual respeto, pero no a su ideología, ¡Ojo!, tampoco soy “comunista”, por las dudas, lo digo por algunos que fueron tachados se ser tal, incluso deportados por serlo, ¡Pobre Carlitos Chaplin!, no?
- Sí, estoy de acuerdo con todo con lo que afirmás, ¿pero este “raye” fue un requiebre de tu salud mental? o bien, ¿estás a punto de filosofar acerca de esta idea?
Querido amigo, Descartes, afirmaba “dudar de todo”, era lo que se conocía como un “Racionalista Moderno”, aceptar como valedero sólo aquello que se presente “claro y distinto al intelecto humano”; lo cual amerita la crítica absoluta de todo cuanto se diga y se nos presente no tan claro a nuestra razón; por qué, porqué él afirmaba la idea del “genio maligno”, este concepto sostenía que había algo debajo de cada afirmación, podría ser una intención escondida, que astutamente pretendiera engañarnos, según la conveniencia de alguien. Por eso no creo en “la Iglesia”, porque si bien fue creada por Dios, según su saber absoluto, he allí la pureza de su intensión, el hombre destruye todo, el hombre es un “animal de costumbres” que todo lo transforma según su propio interés. Por ello tampoco creo en la sociedad aquella que mencioné, no por su gente, tampoco por su Bandera, sino por su ideología, como expresé. Algo turbio hay siempre por debajo de sus intenciones, una vez manifesté un dicho de mi tía Julieta, Ja Ja: “cuando los yanquis lamen tanto, mmmm….. “Parecen nadadores que nadan sin rumbo por cualquier riachuelo”, pero agregaría yo, “siempre con un cuchillo escondido bajo el poncho”.
También sostengo que alguna vez tenemos que alcanzar la autenticidad y dejarnos de “cinchar p´al norte ¡canejo!, como dijera “Patoruzú”, nuestro personaje autóctono, vaya mi homenaje al gran Dante Quinterno, su creador, dejar de hacerlo para no ser tan “vendidos”, el hombre vendido me da repugnancia, porque carece de personalidad, no tiene coraje, se “baja los pantalones ante el mejor postor”


¡Vamos Jareta todavía!, ya estás con un paso afuera, ¡sos nuestro ídolo!, ¡kpo!

EL LOCO JARETA, ¿CUERDO?


Mi amigo, debe estar desconcertado, porque yo hablo sin límites, el único límite que pudiera existir en mi decir es, simplemente, mi propio sentir, de manera que no hay límites, al menos precisos, claros, son los límites de un despistado como yo, un loco que tiene una visión propia, que de repente se le ocurre hablar y habla, simplemente por hablar. Ayer dije que estaba cansado de escribir, porque escribir cansa, obnubila el alma, la fatiga, y sin embargo hoy, que no fue mañana, estuve pensando, analizando ideas para escribir una carta, ¿a quién preguntarán? Pues a un amigo que se va. La carta dice:

Muchas veces recreo en mi mente recuerdos imborrables, de ellos me alimento a la hora de expresar mis sentimientos. Creo que las palabras que se dicen deben ser auténticas, haber vivido cada uno de los momentos que se pretenden expresar con intensidad, eso ayuda cuando se desea interpretarlos a partir de las palabras. Soy de los que piensan que nada puede decirse que no provenga de un sentimiento puro que nazca de lo profundo del corazón. Frecuentemente me valgo de algunas de las frases dichas por grandes personajes de la historia de la humanidad, en este caso he decidido expresar una de Pablo Cohelo. Él afirma que “Cada trecho recorrido enriquece al peregrino y lo acerca un poco más a hacer realidad sus sueños”. Tú has recorrido un trecho muy importante para tu vida. Hoy, que vivimos la era del relativismo, donde la superficialidad se destaca por encima de los valores, pareciera ser que el amor, se ha perdido, que ya nada nos conmueve, siquiera el dolor de los demás. Seguramente algunos no coincidirán con mis apreciaciones, pero son puntos de vista respetables porque nacen del corazón, y gracias a Dios, nadie tiene la “verdad”.
No hace mucho tiempo, en uno de los recreos del colegio, donde ejercí cátedra, un grupo de alumnos charlaba conmigo y furtivamente se les escapó una pregunta,… profe… ¿Qué es el amor?. De acuerdo a mi forma de pensar esta pregunta pareciera tirar por el suelo todo lo que antes dije. Mi respuesta, fue la siguiente: “el amor es entregar todo sin esperar nada a cambio”, quiero expresar que esta respuesta tiene sin duda un contenido muy difícil de interpretar, por lo menos para mí, y por ello los alumnos me pidieron que la aclarara, y allí se me presentó el problema, porque no era fácil hacerlo. Recuerdo que afirmé que frente a todo aquello que amamos debemos entregar todo, aún la vida si fuera necesario, como aquella madre que es capaz de dar su vida por su hijo, de la misma manera debemos darla por aquello que amamos o creemos. “Sin esperar nada a cambio”, siquiera reconocimiento alguno, sólo debe preocuparnos la felicidad del “otro”. Inmediatamente expresé mi sentimiento hacia ellos, sabía que ahora iban a comprender muchas cosas acerca de mí…, afirmé… ¡que los amaba!
Tímidamente esbozaron una sonrisa. Me di cuenta que la palabra amor hoy está muy bastardeada, justamente por ese relativismo barato que hoy nos identifica y hace que nos sintamos intimidados frente al contenido tan profundo que guarda este concepto.
Lo cierto es que si comenzáramos a utilizar el término en forma auténtica sucedería todo lo contrario a lo que hoy ocurre:, se acabarían las envidias entre las personas, nadie sería capaz de criticar a nadie, “controlaríamos nuestras actitudes, para evitar que ellas nos controlen”, “aprenderíamos que de lo que se siembra, se cosecha..., si se siembra odio, se cosechará odio, si se siembra amor, se cosechará felicidad”, “que dos personas pueden mirar una misma cosa y ver algo totalmente diferente”, “que los que son honestos consigo mismo son los que llegan más lejos
en la vida”, “que amar y querer no son sinónimos, sino antónimos, que el querer lo exige todo, pero el amar lo entrega todo”, porque el amor fundamentaría todos nuestros actos. Lo triste es darnos cuenta que nuestra vida, la única que vivimos y que tiene un sentido profundo, justamente esté desprovista del amor que debería justificar todas nuestras actitudes. Pienso que es la única manera de encontrar la felicidad.
Y volviendo a la frase de Pablo Coelho, “Cada trecho recorrido enriquece al peregrino y lo acerca un poco más a hacer realidad sus sueños”, pienso que el trecho recorrido siempre debe estar impregnado por un amor auténtico, de esa manera podremos hacer realidad nuestros sueños.
Finalmente y tomando otra frase de Pablo, alumnos del alma, les dije, expreso, seguramente un deseo compartido por muchos “Afronta tu camino con coraje, no tengas miedo de las críticas de los demás. Y, sobre todo, no te dejes paralizar por tus propias críticas”, sigue tus principios que, seguramente, podrán guiar tu vida hacia la felicidad, despliega tus alas y vuela ya,
Como dije frecuentemente utilizo muchas frases dichas por otros, en mis escritos. En este caso, a la hora de redactar es “Carta a un amigo que se va” dedicado a una de las promociones de egresados en uno de las escuelas en las que trabajé, recuerdo haberlo hecho luego de haber recibido, en una oportunidad, un escrito anónimo; del mismo e utilizado atrevidamente alguna de sus expresiones más características, le pido al autor disculpas por la insolencia:


He loco, este Jareta, cada vez está más cuerdo,…. ¿o no?, porque también habla de que tiene un amigo, dice que está a su lado. Me parece que es un amigo imaginario, entonces está piantado. Me intriga che, me intriga