domingo, 8 de febrero de 2009

EL LOCO JARETA. ¿OTRA VEZ LE DIO POR LA FILOSOFÍA?

He leído profundamente una nota publicada en la que un novelista británico Julian Barnes reflexiona acerca de la muerte. Él afirma que “nada que temer”, incluso sostiene que “la muerte es la desaparición de una identidad a la que nos aferramos, pero que realmente no existe”. Habla de “un miedo a la Nada”. También manifiesta encontrar “en la ciencia el sentido de que todo lo existente ha de terminar algún día”
Realmente me preocupa poderosamente todo este pensamiento agnóstico de Barnes.
Creo que sí hay un más allá, pero ese más allá tiene un sentido diferente al que muchos creyentes en Dios le quieren dar, aclaro que esta es una posición muy personal, pues no me toca a mi criticar la postura religiosa por ser un sentimiento que nace de la fe, y que es respetable en todo ser humano. Nunca debemos sobrevalorar nuestras ideologías por encima de las demás, como pretendiendo incluso menospreciar respetables sentimientos.
Mi humilde posición frente a esa identidad, que pretende desconocer Barnes, no solamente que existe sino que además, y la sostengo fuertemente, le da sentido a nuestra existencia y que incluso debe trascender más allá de los tiempos, de otra manera nuestro paso por la vida no habrá tenido razón de ser. Creo que nuestro nacimiento tuvo que tener un motivo importante, una misión innegable, la de dejar la huella de nuestro paso por la vida. Esa huella, es una marca metafórica, que todo ser humano debe plasmar para mejorar nuestra humanidad tan mancillada. Es probable que ninguno de nosotros, vivientes, podamos apreciar nuestra labor concluida, pero si guardamos profundamente esta convicción, seguramente, junto a otras vidas, podremos lograr ese objetivo trascendente.
Nuestra existencia tiene que tener una proyección, digamos “nacer para no morir jamás”, viviendo definitivamente en los principios inculcados en todos aquellos que pasaron por nuestro lado a lo largo de la vida. Muchos dirán que la educación tiene ese firme propósito, por ser transmisora de principios incuestionables, y no lo niego
Es claro tuvimos ejemplos notables a lo largo de la historia; Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Nelson Mandela, La Madre Teresa de Calcuta, Cristo Hombre, etc, verdaderos revolucionarios en la historia de la humanidad.

Por otro lado se afirma que “la religión fomenta el altruismo y la generosidad”. En este punto, encuentro un problema que pretendo dilucidar. Se sostiene que la religión hace que la gente se muestre más prosocial, con comportamientos altruistas y generosos, y yo pregunto ¿a riesgo de qué?
E intentado en otras oportunidades dar a entender lo que pienso respecto a la religión, no deseo influir en este aspecto, y tampoco ser reiterativo, pero sostengo que la religión sectoriza, trata de controlar al ser humano, si eso fomenta el altruismo y la generosidad, sí, probablemente lo haga, pero la pregunta surge al considerar tres atributos naturales, propios del ser humano , y que “son la libertad, la inteligencia y la voluntad”, y que se supone que Dios nos legó, para que nos desenvolviéramos en la vida. Dios, según la religión, nos cede estas tres notas esenciales. Pero, el ser humano nace con ellas, son propias de él, sin ellas no se podría conducir en la vida. La libertad, la voluntad y la inteligencia, nos sugieren la idea de otros dos conceptos importantes para nuestras vidas, y es “independencia”, “autonomía”, los cuales implican el planteamiento de la responsabilidad de nuestros propios actos. Hablemos entonces de “Ética”, que nos lleva a la reflexión acerca de lo bueno o lo malo de nuestras acciones cotidianas, ¿desde dónde?, pues desde una perspectiva de libertad, inteligencia y voluntad, pero también de independencia, autonomía y resonsabilidad, o sea del libre albedrío, desde donde la religión debe mantenerse aparte, pues es la sociedad natural la que debe ser responsable de la educación de sus hijos y educarlos para la libertad y no para sometimientos de ningún tipo. Antiguamente se llamaba a esto una posición laicista, y concuerdo plenamente con el término.


HEY JARETA, SOS UN KPO, OTRA VEZ FISÓLOFO GOMIA

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